martes, 2 de julio de 2013

Ella y yo: (Mi musa, el todo, la nada, el silencio, la luz, la oscuridad, el cielo, la tierra y el mar, básicamente todo lo que es y lo que pueda ser) prosa

Ella y yo:
(Mi musa, el todo, la nada, el silencio, la luz, la oscuridad, el cielo, la tierra y el mar, básicamente todo lo que es y lo que pueda ser)

I
“Hola”  dijo esta vez mientras sus cabellos se movían con el viento de nuevo, ese perfume solo emana de ella, esa quien es musa de cualquiera, inspiración para el músico, el amante y el poeta, no me importa que ya no estés conmigo, ya no importa que tengas a alguien mas, como si alguna vez hayas importado.
Mentira, cruel mentira, apareces de nuevo como un colibrí tras una flor que la lleva el viento, obsesionado con ella la busca y la vuelve a buscar hasta que la encuentra, luego la inmola sorbiendo y disfrutando cada gota de su néctar y luego la pone sobre un altar como un trofeo solo para si.
Celos cállense, mueran en si mismos, su propia sangre los envenenara poco a poco cual hiel en tus entrañas, cállate y no hables más cruel dolor, haz que deje de sufrir por el olor de sus mejías y el rosa de sus labios que me envuelven una y otra vez en su propio licor fragante a rosas de verano, esa estación en que el calor es igual a la ternura de su alma, incluyendo sus tormentas y sus días calurosos pero siempre tierno y seductor.

II
Mientras dormía esa noche, el recuerdo de esa mirada me volvió a cautivar, arde en mis venas cual picante su recuerdo, esos ojos oscuros cual noche de verano, y esa dulzura como rocío de medianoche, hacia hacer volar mi mente mi cuerpo se dirige, mientras eso sentía quería coger tu mano.
Ay dolor, haz silencio de nuevo, tu no existes, aléjate no te quiero, si callas será mejor.

Alma turgente que del las otras abusas, regresa a tu pasado y pide perdón, ¿No puedes?, lastima yo si pudiera lo haría por ti, pediría perdón por haberte encontrado, ¡Cállate!, mente, déjame sentir su dulce sinfonía que me recuerda su amor,aquel desvelo no logra; pero si inquietud.
Ay musa de mi arte, vuelve a mí, espejo de la realidad eres tú, dulzura en tus labios es poesía y en tus ojos una sinfonía:
Primer movimiento:
Largo con amore
Tacet de orquesta, se oyen coros suaves, ¡Ho!, dulces sopranos cantando notas en mi oído, erizando cada cabello de mi nuca,  mientras las demás voces dibujan los rizos de sus cabellos con una va y ven de colores.

Segundo movimiento:
Allegro
Orquesta de fanfarria, parecen gritar las voces de esas personas en el coro, su voz agudo me recuerda la noche y la fanfarria, el amanecer.

Tercer movimiento
Romanza
Tacet de coro
A ese tempo si que me enamoro, ese violín y su delicioso solo, el eco que respira la habitación devuelve su armónico y un acorde sin igual, al finalizar se vuelve tan intangible como al inicio y tan dulce como el medio pero nada mas triste y glorioso como el acorde final.

Cuarto movimiento:
Allegro con fuoco- presto- presstisimo
Contrapunto de cuerdas y esa empalagosa melodía de las flautas que aun recuerdo y marco esa velada viéndote los ojos a la luz de la luna que la tuba evoca con tanta dulzura mientras el coro canta ese poema:
“Alma divina,
Canta otra vez,
Pues ese canto,
Como vino es”
El presto acelera los latidos y evoca el tema final, se torna menor, es por que tu te vas, regresa tema que me enamoraste, ¡Calla! contrapunto infame, por que tu alejas esa melodía de sus cabellos y profundidad de sus ojos, presstisimo final, ¡Ay! dulzura, como empalagas mi oído con esa gloriosa fanfarrea con un coro de nuevo:
Alma mía evoca amor,
Alma nuestra canta mejor,
Recuerda el cielo,
¡Alabado sea Dios!

Acorde glorioso como alabanza la señor, me recuerda la naturaleza y sobre todo a Dios.

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