En un avión cualquiera, no importa de donde
salió ni a donde va, este simplemente viaja, no viaja a tierras lejanas ni
tampoco a las cercanas.
Una mujer de cabello aclarado por la edad
entra, toma su bolso y se sienta en un asiento que va a dar a la ventana, desde
ahí logra observar a sus amigos que la despiden, ella viaja por que desea salir
de la rutina; después de unos segundos entra un hombre y el poco cabello que
tenia del mismo color, se sienta junto a su esposa y hablan acerca del fin del
viaje, ”Quiero ir a ver la opera” dijo ella emocionada, “Quiero ir a ver por
fin ese clásico” dijo el con más exaltación.
Entro luego una pareja ella con un cabello
más oscuro y el otro por supuesto tenia más cabello, parecían felices, los dos
anteriores los vieron recordando su pasado y recordando sus planes, una calidad sensación de ternura
colmo a ambos grupos, ya que se dieron cuenta que a pesar de todo están unidos
por ese lazo de amor filial.
Entonces subió un hombre, parecía estar
casado pero en ese momento no le importaba, vio a ambas parejas y en lugar de
una sensación de ternura, lo invadió la tristeza de dejar a su esposa e hijos
atrás, se sentó justo atrás de los abuelos que disfrutaban de su vuelo, se
sentían emocionados de encontrar algo que los llevara a donde siempre
quisieron, simplemente paz.
La paz según la pareja de novios, consistía en decirse cursilerías hasta altas
horas de la noche, y según el hombre de negocios consistía en sentarse a leer y
tomar te, pero en ese momento ese hombre
parecía haber olvidado la razón de su felicidad, su familia.
El avión después de tanta espera por fin
despega, todos sintieron un pequeño tirón.
-“Atención damas y caballeros, el vuelo
AK24 a despegado, les recomendamos mantenerse tranquilos en caso de un
catástrofe, en caso de un emergencia los para caídas se encuentran al fondo a
la izquierda pasando por el mini-bar gracias por su atención y por favor gocen
del vuelo”.
El avión se elevo hasta que las casas
parecían hormigas y las hormigas simplemente no se veían, entonces el sueño de
esa abuela y mujer se hizo realidad, tener las nubes alrededor. Pensamientos
toscos y melancólicos pasaron por su cabeza, imagino su muerte, eso es
suficiente para desanimar a cualquiera, y se dio cuenta de que en serio amaba
la vida, no podía perderla mucho menos por un viaje, se aterrorizó; su esposo
notó todo y se dispuso a abrazarla como un tierno y sincero gesto de amor.
La pareja de novios en cambio hablaban
acerca de sus planes para la vida, ella hablaba de su carrera y el pensaba en
conseguir un trabajo, “Nadie sabe en realidad su futuro” dijo el muchacho sin
premeditarlo, ella frunció el ceño y le dio una buena bófeta, ya que se sintió
ofendida, ella pensó que el le decía que no debería pensar en eso, casi como
que si el no deseara el matrimonio, era un obvia muestra de inseguridad.
El
hombre resignado a no tener familia, empezó a llorar, las lagrimas
salían una a una como el rio se llena con las lluvias de verano después de la
sequia, esas lagrimas no parecían consolar más
bien doler, como que si no debieran existir.
“Buenas tardes, le habla su copiloto, en
este momento estamos volando a una altura de 30,000 pies o de 10,000 metros –la
abuela pareció casi desmayarse del susto- Así que continúen disfrutando
posiblemente tengamos algunas turbulencias así que por favor abróchense sus
cinturones”.
Entonces aparecieron las turbulencias,
estas se vieron al principio débiles pero luego aumentaron, hasta que la
catástrofe sucedió, el avión detuvo sus motores y luego empezó a caer en
picada. Las luces se apagaron y empezaron los gritos.
La abuela abrazo mas fuerte a su esposo, la
chica no quiso voltear a verlo pero aun
así le tomó la mano, el hombre que estaba solo rompió en llanto, un llanto tan
triste que solo el comprendía, la belleza del viaje pareció desaparecer, junto
a su esperanza de vida.
“Te amo, te amo, te amo, te amo” dijo
entonces la abuela a su marido a quien abrazaba y aruñaba para no soltarlo, no
quería perderlo, no podía alejarlo de si, ella empezó a gritar “Te amo amor” a
todo volumen.
La muchacha al verla se le lleno la cara de
lagrimas, su novio la tomo por la mano y le dijo: “Amor quiero que sepas que yo
te traje acá para proponerte matrimonio; y no importa lo que pase nosotros
terminaremos toda nuestra vida juntos”; ella lo abrazó fuertemente como que no
quisiera que se fuera en toda su vida, el hombre que dejo atrás a su esposa he
hijos empezó a gritar diciendo: “No quiero morir, mi esposa esta en casa, Dios
ayúdame”; entonces el avión calmó y las luces se encendieron, cada pareja se
amaba más pero ese hombre en ese asiento solitario por fin sonrió genuinamente.
Al llegar a su destino todos amaban con más
pasión y arrebato.
Años después los abuelos aún ya solos se
amaban, los novios se casaron y tuvieron una hija, el hombre solitario cambio
de trabajo y volvió con su familia, y por último los pilotos siguen riéndose
cuando recuerdan que buena broma les gastaron a los pasajeros del vuelo AK24.
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario